Tuesday, September 26, 2006

Mujer


Empezar con otra...
Conocer su historia, sus secretos, sus miedos. Aprender a caminar al mismo ritmo abrazados o tomados de la mano, saber cuándo hablarle y cuándo callar, dónde tocarla y dónde no. Observar sus movimientos, sus modales, sus silencios, y hacerme amigo de ellos, y de sus mañas y de sus amigos. Entrar a su mundo y dejarla entrar al mío sin que se asuste. El primer beso y el primer abrazo, la primera noche y la primera lágrima rodando desnuda por la mejilla, o escondiéndose en un pañuelo.

Me pregunto cómo serán esos momentos y los que vengan después, ¿serán como con Gisela?
¿Le haré los mismos chistes de siempre? ¿Tendrá perro o alguna mascota? Y si tuviera: ¿le caeré bien? Cuando al cabo de un tiempo entre en confianza, ¿se meterá los dedos en la nariz? ¿Me bombardeará con absurdos reproches?
¿Dormirá tapada en verano? ¿Tendrá tendencia a engordar? ¿Le gustará la música que escucho o, al menos, la respetará? ¿Sabrá algo de Lou Reed o, aunque sea, de Jimi Hendrix? ¿Le gustarán mis poemas? ¿La emocionarán? ¿Dirá malas palabras? ¿Me dejará decirlas? ¿Querrá cambiar mi modo de vestir? ¿Odiará viajar en subte? ¿Le gustará emborracharse? ¿Le tendrá miedo a los aviones? ¿Podremos volar juntos?
En lugar de llamarme por mi nombre, ¿utilizará esos apodos horribles? ¿Enfermará de celos? Cuando se enoje, ¿me cortará el teléfono diciendo que no la llame nunca más, para luego ponerse furiosa porque no lo hice?
¿Me dejará entrar a mi casa cuando vuelva tarde? ¿Interpretará siempre lo que digo en el peor sentido? ¿Criticará a mis amigos y a mi familia?
Lo siento.
La canción se oscureció de golpe... No creo que Lennon, al escribir Woman, haya pensado en todas estas cosas.
Recuerdo lo poco atractiva que me resulta Yoko, mientras pasan los temas y caigo en la cuenta de lo distinto que se vería mi pequeño mundo si mis ojos no estuvieran cubiertos por esta neblina de preguntas absurdas.
Como sea, todavía no estoy listo.
Necesito continuar aquí.

Marcelo Vertua