Monday, July 24, 2006

La mayor parte del tiempo


No voy a ponerme a hablar de las virtudes de Bob Dylan como compositor: hay miles de páginas editadas que dan cuenta de ello. Pero creo que esta canción va más allá. Cada vez que la escucho me siento mejor y tengo la sensación de que me conozco un poco más. La melodía es una caricia, un abrigo. Y la letra simplemente me conmueve, no tanto por lo que dice, sino por la intensidad de lo que calla.

“La mayor parte del tiempo
veo todo claro alrededor.
La mayor parte del tiempo
puedo mantener los pies sobre el suelo (...)

Ni siquiera me doy cuenta de que ella se fue.
La mayor parte del tiempo”.

En la superficie, todo esto puede sonar deprimente o, al menos, aburrido, pero en el fondo el mensaje es positivo y, sobre todo, realista. Combinación difícil de lograr. Luego de oír esta canción me siento en paz: hay alguien allá afuera que alguna vez se sintió como yo y que, además, lo describió perfectamente.

“... la mayor parte del tiempo...
puedo sostenerme,
lidiar con la situación
hasta los huesos.
Puedo sobrevivir, y puedo aguantar
y ni siquiera pienso en ella
la mayor parte del tiempo (...)

Puedo reírme en la cara de la humanidad.
Ni siquiera recuerdo cómo se sentían sus labios en los míos
la mayor parte del tiempo”.

Llegado a este punto, me siento obligado. De tanto escuchar “la mayor parte del tiempo”, inevitablemente tengo que detenerme en lo que no menciona, en lo que le sucede durante la “otra parte” del tiempo. Y la respuesta que me doy es que durante esos “otros” momentos debe sentirse fatal, terriblemente solo y perdido... aún así, mantiene la lucidez y la entereza, y en lugar de caer en la autocompasión y el melodrama, elige referirse a los momentos buenos, cuando el pasado no sale a su encuentro.
Si “casi siempre” puede sobrevivir y aguantar, entonces “a veces” debe desesperarse, agonizar. Si “casi nunca” piensa en ella, entonces “a veces” sí lo hace, y durante esos momentos el dolor lo oprime, lo enceguece; pero no se pone a gritar ni a llorar, sino que junta fuerzas, toma distancia, y habla con claridad, como si de verdad pudiera manejar la situación.
La canción se termina, pero las palabras van a quedarse retumbando en mi cabeza... tengo mucho que aprender, y Dylan es un gran maestro.

“La mayor parte del tiempo
ella ni siquiera está en mi mente (...)
La mayor parte del tiempo estoy medio contento.
La mayor parte del tiempo
sé exactamente adónde fue a parar todo.
No me engaño, no corro ni huyo
de los sentimientos sepultados adentro.
No me comprometo, ni simulo.
Y ni siquiera me importa si alguna vez vuelvo a verla
La mayor parte del tiempo...”.
Marcelo Vertua

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